El centro de Acogida a Transeúntes y Sin Hogar Padre Cristobal ha acogido, desde su creación hace hoy cinco años, a unos 3.000 transeúntes crónicos, a los que se les ha atendido sus necesidades básicas, de salud, documentación o han sido derivados a otros centros específicos.
Las personas que solicitan entrar en el centro, en muchas ocasiones, sólo piden pasar una noche para descansar, pero con los días se va manifestando su verdadera necesidad, salir de la adicción al alcohol, desintoxicarse o encontrar un trabajo.
Así, los problemas más frecuentes que presentan son alcoholismo, drogadicción, enfermedad mental, malos tratos en mujeres, ludopatía, ancianos que no soportan las residencias, jóvenes que de pequeños fueron abandonados por sus padres y han sido criados en instituciones y personas mayores de 45 años desarraigados y sin familia, según explica la trabajadora social Yolanda Hueso.
Pero una característica común es que no tienen motivación, están desencantados y no confían en sí mismo, "la autoestima es muy baja y no creen que se puedan integrar, es como si la sociedad les ahogara", afirma Yolanda Hueso, quien definió el centro de acogida como "un puente para introducir en la sociedad a estas personas, si es posible, si no al menos le proporcionamos la recuperación de la dignidad".
PLAZAS
El pasado año pasaron por este centro 408 personas y en la actualidad, de las 28 plazas que tiene, hay 25 ocupadas. Además se sirvieron casi 18.000 comidas y hubo 6.200 estancias. La mayoría de los internos son hombres, casi en un 90%.
El centro Padre Cristobal se sustenta con una subvención de la Junta de Extremadura de 66.000 euros, del ayuntamiento con 21.000 euros y de aportaciones particular, 24.000 euros, pero se necesitan más de 132.000 euros al año, según cuenta la directora Leonor Copado, y que les impide contratar a un educador y a un vigilante, ya que algunas veces se producen situaciones desagradables.
Leonor Copado tuvo una mención especial a los voluntarios, unas 35 personas que se implican en mayor o menor medida, "y que sin ellos esto no podría funcionar".
