Mérida

Gracias a la la intervención de un profesional de la electricidad, Alfonso Ceballos, se logró salvar los documentos de las primeras representaciones en el Teatro Romano de Mérida. Se los encontró en un contenedor: documentos y fotografías. Su cariño por la ciudad le ha llevado a conseguir algunas fotografías que eran todo un lujo y se las entregó al cronista oficial de Mérida, José Luis Mosquera. Parte de la historia de una ciudad se debe a personas como Alfonso Ceballos.

REPRESENTACIONES

En las primeras representaciones en los primeros años de la década de los cincuenta estaba como alcalde Narciso Rodríguez Ramírez y distribuyó el trabajo entre los concejales, dando Cultura a Juan Padial Gironella; invitaciones, recepciones y gastos de representación, a Francisco López de Ayala, que le sustituiría como alcalde; hoteles, fondas, pensiones, casas particulares, gastos de personal y alojados oficiales a Juan Gallego; de los albañiles, carpinteros, limpieza, materiales, sillas y almohadillas Simón Gijón; comparsas, acomodadores, taquilla, publicidad, imprenta e impuestos se encargó Eduardo Herrera; mientras que del Teatro Romano, exteriores, explanadas y calles, lo hizo Francisco Díaz Sansinena; y de gastos de coches, camiones y viajes, Eugenio Aragoneses Sáez.

Entre los funcionarios, se encargó de Asuntos Generales Juan Olivas; de Protocolo, Francisco Tallero; de Alojamientos Arturo Sardiña y Rogelio Camarero; Obras, Francisco Gómez Giménez, José López de Ayala y Venancio Barroso; Personal, Lorenzo Rodríguez Godoy; Electricidad, Felipe Camacho; como empleado Lunes Barroso; y de Transporte, Juan Félix Garrido Gutiérrez.

El bar lo llevaba Eusebio Valcarce. Tenía que entregar el 5% de las ventas. Como ejemplo, en la obra de más asistencia y que se tuvo que prorrogar, Julio César , los días 18 al 26 de junio de 1955 de forma ininterrumpida, se sacaron 26.356 pesetas, y se entregaron a los responsables del Festival 1.317,80; esto es, 7,92 euros. Un bocadillo de jamón costaba 9 pesetas; de salchichón, 7; la botella de cerveza, 6 pesetas; la Coca Cola 5, los zumos 5, la botella de vivo corriente 5; y los licores como coñac, anís 4 pesetas. El café, 3 pesetas.

SEGURIDAD

El capitán de la Guardia Civil José Díaz Luque le escribe a Manuel García Gil como responsable de Bellas Artes en Mérida una tarjeta, debía estar de luto ya que su reborde está en negro, en la que decía: "Le adjunto relación del personal del Cuerpo de esta residencia como hablamos por teléfono: Un Brigada, un Sargento, tres Cabos de primera, un corneta, siete guardias de primera y trece de segunda".

No sólo la Guardia Civil se ocupaba de la seguridad del recinto y del exterior. La Policía Armada y de Tráfico estaban pendientes en todo momento, y en la relación se encontraban personajes tan conocidos en la ciudad como Isidoro Porras Martín, que era sargento con Andrés Jiménez Calado y Angel Jiménez Hoyos; y de Cabo primero Diego Rayo, Joaquín Martín-Romo y Francisco Salazar.

La relación de Policia Municipal, cuarenta en total, los recordamos con cierta nostalgia y merecen capítulo aparte con otros documentos encontrados.