El comedor social Beato Cristóbal sigue creciendo. Desde su apertura el pasado 20 de diciembre, las instalaciones ubicadas en la antigua hostería de Carcesa han atendido las necesidades de más de 7.000 emeritenses, y son ya alrededor de 70 personas, 30 de ellas niños y discapacitados, los que acuden a comer al centro diariamente. La delegada de Servicios Sociales, Ana Blanco, hizo ayer balance del funcionamiento del comedor social, que recientemente ha comenzado a ofrecer servicio de duchas y ropero y bocadillos para la tarde.

Blanco detalló que en los casi siete meses que llevan funcionando, en las instalaciones se han repartido un total de 6.611 comidas. El centro arrancó con 50 usuarios. El pasado mayo el número se incrementó hasta los 60 y ahora de nuevo vuelve a crecer, pues son ya 70 los beneficiarios. "Muchos son niños, pero en estos casos sus padres vienen a recoger la comida y se la llevan a sus casas porque preferimos, tanto las familias como nosotros, que los pequeños no tengan que venir al comedor", explicó.

En estos momentos hay 11 voluntarios cada día de la semana, lo que significa que más de 50 personas participan diariamente en el reparto de comidas. No obstante, aún siguen haciendo falta socios. "Necesitamos al menos otros 500 para poder ofrecer todos los servicios que sabemos que la gente necesita", explicó la Hermana Estela, que compareció en rueda de prensa junto a Blanco. Esta explicó que aunque todavía no se pueden ofrecer cenas, se están ofreciendo meriendas compuestas por bocadillos, conservas y fruta que se entregan a quienes acuden a las comidas de mediodía. La Hermana detalló que este servicio ha sido posible por la colaboración de la Fundación Hosgena. "Mérida nos está ayundando mucho. Toda la ciudad. Nos llevan fruta, carnes y bastentes productos y aunque allí no se guisa, se les da uso", afirmó.

La delegada de Servicios Sociales explicó que gracias a las Hermanas, no habrá necesidad de cerrar el comedor durante el mes de agosto porque aunque la empresa de catering no iba a operar por vacaciones, "se les ha convencido" para que sigan trabajando esos días. Blanco detalló que en las instalaciones se han puesto en marcha dos nuevos servicios: ropero (todos los vecinos pueden llevar allí la ropa que no utilicen y todo el que la necesite puede ir a pedirla) y también duchas, para todas aquellas personas que no puedan bañarse en casa, bien porque carezcan de hogar o porque les hayan cortado el suministro.