El comedor social Beato Cristóbal de Santa Catalina, ubicado en el edificio de la antigua hostería de Carcesa, repartió durante el pasado año 15.966 comidas y 10.890 cenas a personas con dificultades económicas y asistenciales. Desde su puesta en marcha el día 20 de diciembre de 2013, el centro casi ha triplicado el número de usuarios tras pasar de 35 a 90, que son los que se atienden en la actualidad.

El párroco Guillermo Díaz, uno de los principales artífices de esta iniciativa solidaria, informa de que hay una lista de espera de siete personas y que se necesitan más donaciones para poder hacer frente a este aumento de la demanda. "Si la gente se anima se podría llegar perfectamente al centenar de personas atendidas, pero para ello sería necesario que haya más ayudas", sostiene Díaz, quien a pesar de esta situación se muestra muy satisfecho con la solidaridad de los emeritenses. "El comedor está muy anclado ya en la estructura de la ciudad, porque es un punto de referencia y los demás también perciben que está siendo muy efectivo", puntualiza.

El incremento de las donaciones económicas recibidas durante este tiempo propició la incorporación de nuevos servicios, de hecho, en un primer momento solo se repartían menús para la comida y finalmente se incorporó también la cena. Asimismo, el comedor social habilitó un servicio de duchas y aseo personal, del que se beneficiaron 350 usuarios en 2014, y también añadió un servicio de ropero, que aprovecharon 1.080 personas. Por parte de la trabajadora social, que comenzó a trabajar en agosto del año pasado, se ofreció a 150 ciudadanos el acceso a recursos propios y de otras entidades, atención psicosocial, orientación y mediación en conflictos, entre otras prestaciones. Además, una docena de usuarios ha hecho uso de la acreditación que les permite coger el autobús urbano de forma gratuita para acudir a comer a la hostería.

"Antes venían más a comer y se iban directamente, pero ahora se ha creado un ambiente más familiar, ya que era lo que se pretendía", destaca Díaz, que resalta la brillante labor de los 60 voluntarios con los que cuenta esta actividad solidaria. Con respecto a los recursos económicos, el comedor obtuvo en su primer año de vida un total de 94.158,85 euros de ingresos, que en un 61% procedía de las cuotas de los socios, en un 33% de las donaciones y el 6% restante de subvenciones. De los 63.175,07 euros de gastos, el 85% se destinó al proyecto social, el 7% a la administración y el 6% fue para la partida de personal. En concreto, las donaciones se pueden realizar de forma puntual o aportando como socio un mínimo de cinco euros al mes.