Después de cuatro semifinales, se llegaba a la quinta y última con las espadas en alto, para ver qué ocho agrupaciones se colaban en la gran final del próximo jueves. A lo largo de la sesión se mantuvo el nivel de las anteriores en ambas modalidades.

Arrancó la función con una puesta en escena espectacular de la comparsa de Cortegana (Huelva), La Calesita, en el que aparecían en un tiovivo. En el primer pasodoble cantan a los emeritenses que luchen por su tierra y no esperen que sean los de fuera. En el segundo pasodoble, el autor describe emocionado el nacimiento de su hija. En el primer cuplé hablan de que habría que hacerle un monumento a España, pero al concejal Rafa España. Reconocimiento del público al esfuerzo de hacer una letra localista. El segundo cuplé, muy simpático, habla del alquiler de La Calesita hasta el jueves, día de la final. El estribillo, muy bien cantado, gira la vida y nos volvemos a encontrar. Musicalmente el popurrí estuvo muy bien engarzado con la presencia de un bajo eléctrico, una melódica y un saxofón que le dieron empaque a la pieza.

La chirigota emeritense, Los Apáticos, abrieron la modalidad con un tipo de emeritenses que reniegan de todo lo que pasa en la ciudad. En el primer pasodoble criticaron de forma contundente el bipartidismo de los emeritenses a la hora defender el patrimonio de la ciudad. El segundo, también muy aplaudido y contundente, hace una defensa de los músicos que hay en la ciudad y una crítica a que el conservatorio de Mérida no esté amparado por la Junta de Extremadura. De dos pasodobles contundentes a un primer cuplé que también fue muy aplaudido por criticar que algunos medios de comunicación no cubran el concurso hasta el final. En el segundo cuplé agradecen que sea festivo el día de San José, haciendo un doble juego para que parezca que es el martes de carnaval. Como es habitual en esta agrupación, el popurrí fue un recorrido por temas locales cantados desde el tipo, con buenos golpes que provocaron la ovación del público.

Desde Fuente de Cantos llegaría la comparsa El Estuche, con el tipo de Heroes en silencio. Unos superhéroes de casa. Con un punteao ovacionado arrancaba el primer pasodoble dedicado a los padres. En el segundo pedían la unión de todos los extremeños. En el primer cuplé dejan claro que son muy torpes con las nuevas tecnologías y en el segundo hablan del turismo en Extremadura que en ocasiones es de envergadura, haciendo un juego de palabras pues visitaron un local nocturno. En el estribillo, estos superhéroes se ofrecen para ir a por tu rescate. El popurrí es la suma de causas por las que uno tiene que ser héroe día a día.

Tras el descanso, aparecería desde el patio de butacas la chirigota de Mérida, Lokácostao, con el tipo Se nos ve venir de lejos, en el que representan a un pueblerino, concretamente de Torremondongo, que va a Madrid. En el primer pasodoble denuncian la dificultad que tienen los jóvenes para encontrar trabajo en Extremadura y en el segundo hacen una defensa del carnaval de Mérida. En el primer cuplé cuentan que han llenado el archivo del móvil de fotos y en el segundo hablan de cómo ligan en las fiestas del pueblo. El estribillo tiene un gran remate, se nos ve venir de lejos, muy coreado. El popurrí cuenta las peripecias de estos catetos por la capital. Muy ovacionados al final.

La última comparsa de las semifinales fue El Señor hipócrita, llegada de la población cordobesa de Peñarroya-Pueblonuevo. A lo largo de todo su repertorio cuentan la hipocresía que hay en cualquier ámbito de la vida. El primer pasodoble trata sobre el maltrato animal y el segundo de las familias que se aprovechan de las donaciones a niños con alguna enfermedad. En el primer realizan un maniqui challengue que nadie graba y en el segundo habla de los enfrentamientos en el Congreso de los Diputados. En el estribillo piden hipócritas disculpas. El popurrí es un amplio recorrido por temas cotidianos donde prevalece la hipocresía.

Terroríficamente gracioso fue el cierre de semifinales con la chirigota de Mérida Las Chunguitas. Representaban a personajes femeninos de películas de terror, muy bien caracterizados y con una gran interpretación, Las Chunguitas se metieron al público en el bolsillo desde el principio.

El primer pasodoble versa sobre el alzheimer de una madre y en el segundo, hacen una defensa de lo extremeño, muy aplaudido. El primer cuplé se lo dedicaron a lo feas que son y en el segundo cuentan que pidieron por Internet un alargador de pene y les llegó una lupa. En el estribillo reconocen que son chungas, pero peor es tu suegra.

El popurrí estuvo lleno de golpes terroríficos, con especial protagonismo para la niña del exorcista en su cama. El público les despidió en pie.