Agentes de la policía local han entregado en mano al responsable de la fábrica Extremeña de Grasas de Mérida el decreto de alcaldía por el que se le anuncia que se le retira de forma temporal de la licencia de actividad y funcionamiento de la factoría.

El decreto, firmado por el alcalde Angel Calle, conlleva el cierre de la fábrica hasta que no se pongan en marcha las medidas propuestas por la propia empresa a primeros de agosto para reducir los males olores, y que, al día de ayer, no se han cumplido.

Calle explicó ayer que no se trataba de una decisión "arbitraria", sino que está justificada en las denuncias de los vecinos y en los informes presentados por Aqualia, empresa concesionaria del agua, de la policía local y de los técnicos municipales.

El alcalde indicó que tanto él como los vecinos "hemos dado muestras de infinita paciencia, porque nadie quiere que una factoría en la que trabajan 30 personas y que necesita la industria cárnica cierre, pero no tenemos otra posibilidad, les hemos dado todo tipo de facilidades y plazos para que tomen medidas y subsanen los malos olores y no han cumplido", subrayó.

ULTIMATUM El 31 de julio, Calle dio a Extremeña de Grasas un mes para reducir los malos olores que desprendía la fábrica, o la cerraba. Los responsables de la factoría contestaron presentando una propuesta de varios puntos: Trabajar con subproductos más frescos aumentando la frecuencia de recogida para evitar su descomposición; rechazar las mercancias que contengan grasas con más de 12 grados de acidez; la implantación de un sistema de seguridad para la eliminación de los malos olores; instalar tuberías que capten los olores de las tolvas de descargas; mejorar el cierre de accesos a las mismas; controlar los vertidos de aguas residuales procedentes del lavado de camiones y la limpieza de las instalaciones.

Ante esta propuesta, el ayuntamiento hizo dos inspecciones, una en la primera semana de agosto, y otra en la última. En las conclusiones de los dos informes se afirma que la empresa no ha cumplido ninguna de las medidas que había sugerido.

Así, en el último informe, redactado el 28 de agosto, el técnico municipal señala que la empresa "continúa sin justificar los controles de entrada de mercancias y subproductos procedentes de mataderos, ni nada que garantice el adecuado estado de los subproductos recibidos".

También indica que las tolvas donde se depositan los despojos no están cerradas ni selladas y que tampoco funciona el sistema de depuración.

VERTIDOS DE MAS En este sentido, un análisis hecho por Aqualia de los vertidos de Extremeña de Grasas muestra que "evidencian la ineficacia del sistema de depuración, superándose los valores máximos de vertidos fijados por la ordenanza municipal". También aclara que no han reparado las fugas que se vienen produciendo en el proceso.

La conclusión del informe es determinante: "Las medidas correctoras no se han cumplido".

Así las cosas y con la premisa de "defender el interés ciudadano", el gobierno local la cerró ayer y no dará marcha atrás en esta decisión "difícil", pese a las "presiones que desde hace tiempo recibe por parte del sector cárnico", reconoció el alcalde. Sin embargo, dijo que está "dispuesto a hablar" nuevamente con la empresa, siempre que antes se adapte y modernice la fábrica.