El nombramiento del Gerente de Urbanismo, Rafael Camacho-Romero Galván, ha llenado de esperanza e incertidumbre a los constructores. Es persona conocida en la ciudad y hay que darle el margen de confianza para saber como se van a desarrollar en adelante el problema que se tenía plantado en esta gerencia. Los constructores firmaron un manifiesto ante tanta discrepancia. Más de un constructor ha vendido terrenos y se ha marchado a construir en las playa de Huelva, Málaga y en las capitales extremeñas Cáceres y Badajoz ante tantos impedimentos.

Pensar que algunos querían saltarse la Ley, es mucho pensar, ya que hay constructores que llevan con bastante escrupulosidad todas sus actuaciones urbanísticas. Si alguno ha intentado algo improcedente se le niega con razonamientos, pero no se para a todo un colectivo que en masa se quejaba amargamente.

Con este nombramiento los resultados se verán, hay que dar un margen para que pueda apreciarse su actuación como gerente. No es justo que se le descalifique de entrada, a todos los cargos se les da un espacio de tiempo y de confianza, esto ocurre en todos los puestos de todos los partidos políticos.

Parar la construcción es paralizar una ciudad, son muchos los colectivos implicados: albañiles, carpinteros, electricistas, fontaneros, pintores, escayolistas, industriales de materiales de construcción, cristaleros y, amueblar un piso requiere, la compra de muebles, cortinas, alfombras y utensilios necesarios, es decir, se mueven muchos colectivos de muy diversas ramas en la construcción, de ahí que la vida de un pueblo dependa mucho de número de viviendas. Las miradas están puestas en el nuevo gerente, de él va a depender muchas actuaciones urbanísticas de la ciudad que hoy están paralizadas y que necesitan de nueva sabia para recoger el fruto que todos desean.