Un empresario emeritense ha dado un paso más y ha construido su propia pista de prácticas automovilísticas con el fin de ofrecer a sus clientes un espacio en el que aprender a conducir sin esperar turnos, lo que en ocasiones obliga a retrasar varias semanas, e incluso meses, la obtención de un permiso a muchos interesados. La idea es de Martín Lavado Cerrato, de Autoescuelas Martín, quien ya ha obtenido todos los permisos municipales para iniciar la actividad. Tan solo resta concluir las obras de adecuación de la nave que ha levantado en la finca donde se encuentra la pista, en la que se están habilitando dos aulas de formación, una amplia sala de proyecciones y un garaje para resguardar los vehículos.

Las instalaciones ocupan un espacio total de 74.000 metros cuadrados, a los que se accede por un camino situado a unos 500 metros de la carretera nacional N-630, a un kilómetro de la rotonda de la Consejería de Agricultura, en dirección a Sevilla. La zona construida ocupará una superficie de 10.000 metros cuadrados. El resto son pistas que se aprovecharán para realizar cursos de conducción de todoterrenos en campo abierto, donde se han preparado obstáculos, rampas, badenes, charcas, etc, que están destinados a trabajadores de servicios de emergencias, como los bomberos que trabajan en las labores de extinción de incendios forestales.

AULAS DE FORMACION La parte construida consta de la nave en la que se encuentran las aulas formativas, donde se impartirán las clases teóricas, además de una pista de prácticas similar a la que posee el ayuntamiento en La Algodonera, donde se realizan los exámenes prácticos para obtener los permisos de motocicleta, camión o autobús. Además, se ha incorporado una zona de conducción evasiva de 3.290 metros cuadrados, en las que conductores profesionales, agentes de policía y otros cuerpos especializados, aprenden técnicas para situaciones de emergencia, como una persecución o una huida.

Estas instalaciones, que hasta ahora no existían en Mérida, incorporan además un sistema de riego aéreo que permite simular la lluvia con el fin de aprender a conducir bajo los efectos de condiciones climatológicas adversas.

De cara al futuro el promotor de las instalaciones espera continuar la colaboración con las administraciones y organizar una escuela de seguridad vial para niños, en la que participarían los colegios de la ciudad.