THtace ya muchos años que he publicado en determinados medios de difusión, tanto locales como regionales, que Mérida es una ciudad turística. Al final de cada semana llegan cientos y cientos de personas que vienen con el firme y hasta bonito propósito de conocer la capital de Extremadura, sus monumentos, sus museos, sus calles, su gastronomía y hasta sus vinos, que también...

Y siempre he criticado que más de un 90% de los bares y restaurantes del centro de la ciudad están cerrados los domingos a cal y canto: los que están más próximos al Museo de Arte Romano, el Teatro y Anfiteatro Romanos y para de contar.

Bueno, pues para redundar en lo mismo quiero hacerles una confesión que me hizo un amigo que vino ex profeso a visitar la ciudad y que viene a confirmar lo que les cuento. Resulta que llegó con su esposa el pasado domingo 5 a media mañana con el deseo de tomar unas copas y unos aperitivos por el centro de la ciudad. Como la zona del Museo ya la tiene muy vista, prefirió irse al centro-centro de la ciudad y cuál fue su decepción: que después de recorrer todas las calles de Marquesa de Pinares, Camilo José Cela, Almendralejo, Cervantes, Félix Valverde Lillo, Romero Leal, Santa Eulalia, etc., etc., etc., solo vieron uno o dos bares abiertos y con muy poca disposición para el servicio.

Como consecuencia, optó por coger su coche y salir de la ciudad. Sin pensárselo dos veces, se dirigió a Almendralejo con la sana intención de tomar unas copas y unos aperitivos a la sazón, cosa que volverán a repetir en más de una ocasión, pues el resultado creo que fue inmejorable.

Este amigo mío no entendía cómo una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad, turística al cien por cien y con el mejor patrimonio arqueológico, cierre los bares y restaurantes los domingos. Es algo insólito que no entiende nadie. ¿Tan difícil es ponerse de acuerdo para que al menos un 75 u 80% abrieran, aunque después cerraran los lunes u otros días de la semana?