La papeleta de Miguelín Murillo en el coso de San Albín no era fácil. Encerrarse con seis novillos ante su afición no era tarea para dormirse en los laureles. Tres orejas y una buena entrada.

El Mérida que preside José Fouto Galván también se la jugaba. Un primer tiempo de apuros, de suerte y, como en otras ocasiones, el golito y a la segunda fase para poder subir a Segunda División B.

Estos resultados son peligrosos y de taquicardia. Seguro que el padre del presidente José Fouto se pasó el encuentro dando una vuelta por la orilla del Guadiana y al final preguntar a alguien, que estuviera oyendo a José Antonio Reina, el resultado del encuentro y alzar los brazos en señal de victoria él solo, con algún pez que miraría extrañado semejante comportamiento.

Dicen que el Roqueta tiene poderío económico, es la playa de Almería y es una zona rica, ya que tiene a metros todos los viveros del Egido donde hay más bancos que viviendas.

Tenemos la ventaja de jugar el primer encuentro en Roquetas. Acostumbrados estos jugadores a temperaturas deliciosas, al encontrase con las de aquí en el segundo encuentro, puede ser una ventaja que debemos aprovechar.

Hay que ir a por todas y dejarse del golito y amarrar el resultado. No es fácil, una eliminatoria de estas te hace sudar tinta y una mala tarde la tiene cualquiera y no se puede tirar por la borda todo un trabajo de una temporada, pero pensemos que no es una tarde son dos y ya dos es mucho para fallar.

Estamos rozando el ascenso y hay que mentalizarse de que se puede conseguir.