La demanda de la píldora poscoital, la conocida como pastilla del día después, casi se ha duplicado en los dos últimos años en la ciudad. Según los datos facilitados por el Centro de Planificación Familiar ubicado en Nueva Ciudad, hasta el mes de julio del presente año la media mensual de la petición se situó en 44, frente a las 28 de media en el 2002 y las 32 del pasado año.

Su utilización es especialmente notable en verano --sólo en el mes de agosto este centro ha atendido 67 solicitudes, una veintena más que un año antes-- lo que hará incrementar los resultados finales al terminar el año respecto a los anteriores.

Este organismo facilitó 356 pastillas de este tipo en el año 2003. Del total, un 80% fueron para mujeres de menos de 25 años, y siendo la rotura del preservativo la causa argumentada en un 68% de los casos.

El motivo fundamental de este notable incremento se debe a que "se oferta la prestación y la información es cada vez mayor", asegura la doctora Azucena Llopis, médico responsable del centro, que añade como segunda razón el hecho de que "cada vez la gente tiene relaciones sexuales a una edad más temprana". A lo largo del 2003, la media de edad de la demanda fue de 21 años, y en casos muy puntuales las menores de 16 años, aunque "de 16 años ya es bastante frecuente", comenta Pedro Gracia, trabajador social del centro.

INICIO DE LAS RELACIONES Estos expertos afirman que en los diez últimos años apenas ha variado la edad media de quienes acuden al centro a pedir la píldora, pero "lo que si ha habido es un aumento evidente de la demanda, sobre todo de gente de más de 24 años", algo que achacan a la mayor información.

Sin embargo, la doctora Llopis explica: "hay un inicio más precoz de las relaciones sexuales y eso hace que haya más fallos de los métodos anticonceptivos", que ha provocado que, pese a esta mayor uso de la pastilla, los embarazos no deseados también hayan aumentado, un caso que se repite en líneas generales en España, donde cada año se producen unos 18.000 embarazos no deseados en menores de 20 años. Además, reitera, "cada vez hay menos educación sexual, y la que se hace se hace mal".

Gracia, por su parte, apunta un riesgo añadido que puede llevar esta mayor demanda, y es que "al saber que hay un método que en caso de no utilizar ningún otro, que es lo correcto, puede evitar un embarazo, a lo mejor eso también puede bajar la tensión que pueda tener la gente ante el riesgo, aunque son casos poco frecuentes". Por ello, recuerdan que este es un tratamiento de emergencia.