Una familia emeritense denunció el pasado miércoles en la comisaría el supuesto secuestro de su hijo de 18 años, según informó a EL PERIODICO la Delegación del Gobierno. Al parecer, el joven tenía que haber regresado a casa hacia las 21.00 horas del martes, después de jugar un partido de fútbol, pero no volvió.

Según fuentes policiales, pocas horas después de la desaparición, la familia recibió una llamada en la que se solicitaba un rescate, indicando que el joven había sido secuestrado.

Sin embargo, los investigadores policiales dan poca credibilidad a esta llamada, ya que la cuantía que se pidió fue muy pequeña, y además, la familia es de clase media, sin unos recursos económicos que pudieran hacerla atractiva para perpetrar un delito de este tipo.

Por ello, y según las mismas fuentes, todo apunta a que se trata de un falso secuestro, y, en realidad, es una desaparición voluntaria.

PROBLEMAS A favor de esta tesis juegan no sólo las circunstancias en que se realizó la petición de rescate y la situación económica familiar, sino las posteriores averiguaciones en el entorno de amistades del joven, que apuntan a problemas de tipo personal que podrían haber motivado su marcha.

Desde la investigación se señala que hay fundadas esperanzas en que el joven regrese a casa o se ponga en contacto con algún amigo o familiar en las próximas horas. De hecho, aún lleva consigo un teléfono móvil que ayer mismo tuvo operativo durante unos minutos, pero no contestó a las llamadas que se le hicieron.

También existe el convencimiento de que el joven no está muy lejos de Mérida.

En todo caso, la policía no ha descartado totalmente que pueda tratarse de un secuestro, y se mantiene alerta por si hubiese alguna comunicación en este sentido que aporte nuevas pistas a la investigación.