Los trámites para que Diego Galindo Bailón sea nombrado hijo predilecto de la ciudad de Mérida van por buen camino. Se lo merece. Fundó la Coral Augusta Emérita y pronto cumplirá sus Bodas de Plata. Por esta coral han pasado personajes tan carismáticos que sería interminable nombrarlos.

Buen marido, magnífico padre, extraordinario abuelo y mejor persona. Al pedirse que se le nombrara Hijo Predilecto fueron miles de firmas las que avalaron esta petición y pronto lo veremos convertido en un emeritense más.

Cuenta chistes como pocos, canta como los ángeles y como uno puede doblar la servilleta en cualquier momento, como cualquier hijo de vecino, le tengo encargado que me cante en la misa el miserere en latín, los responsos de memento mei Deus, también en latín, y si algún cura se atreve la misa en la lengua madre, perfecto.

Diego Galindo se ha volcado por esta ciudad, trabajador incansable, primero en distintas industrias, después como director de banco; creó su propia empresa y no podía ser menos que de música y otras que llevan su hijas.

Todo un personaje, conocido por toda la ciudad y querido por su magnífico comportamiento, está dispuesto a todo lo que se le pida y su dedicación es plena, incluso antes de su jubilación.

Es hombre de palabra. Digno. Formal. Sufridor, la vida le ha dado algún que otro palo que ha tenido que recuperarse gracias a su fe y a su mujer. Se trata de un matrimonio que son un ejemplo de convivencia en familia.

El día que sea reconocido con tan dignísimo título, no todo el mundo puede decir que es hijo predilecto de la ciudad de Mérida, tendrá que hacerse en el Centro Cultural Alcazaba porque en el salón de acto no cabe ni su familia, y son muchos los cientos de emeritense que queremos estar a su lado y compartir ese día a su lado y al lado de su familia.