Los dos últimos huertos del río Guadiana fueron derribados por las máquinas en marzo del 2001, tras obtener la Confederación Hidrográfica del Guadiana una orden judicial de un juzgado de Badajoz.

En la zona donde estaban los huertos, Confederación plantó cientos de árboles de especies típicas del bosque mediterráneo.

Para trasladar a los hortelanos, el ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, acondicionó una zona de la finca municipal El Prado, para lo que destinó una partida de 24.000 euros, financiada junto con la Confederación Hidrográfica del Guadiana.