Ni siquiera el 1% de los cerca de 200 perros potencialmente peligrosos que hay en la ciudad están censados en el ayuntamiento, tal y como establece la ley, según los últimos datos municipales. Cada año se registran en Mérida una docena de casos de personas que han sido mordidas por estos animales. Por ello, este año el consistorio tiene previsto realizar una nueva campaña para que los dueños censen a todos los perros, pero con especial incidencia sobre los potencialmente peligrosos. En general, en la ciudad sólo están registrados entre el 15 y el 20% de los perros que hay.

Según la última campaña municipal a este respecto, un perro potencialmente peligroso es aquel que tiene "una cabeza voluminosa, cuello corto y compacto, mandíbula grande y profunda, pelo corto, un perímetro torácico de 60 a 80 centímetros, un carácter muy marcado o agresivo, y de más de 20 kilos".

En la ciudad no llega al medio millar los perros censados de los más de 2.000 que se estima que hay, y de los registrados apenas una decena están censados.

El censo de estos animales es obligatorio por la ordenanza municipal reguladora de la tenencia y circulación de perros, que contempla sanciones de hasta 900 euros para los dueños que no registren a sus canes.

Según fuentes municipales, el "censado de perros potencialmente peligrosos no llega al uno por ciento", aunque aclaran que "una cosa es el censo municipal y otra el profesional".