La presa de Alange, de la que se abastece la ciudad de Mérida, ha perdido en apenas once meses algo más de un 16% de agua embalsada. Según los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), el embalse se encuentra actualmente al 63% de su capacidad, con 540 hectómetros cúbicos de agua embalsada, frente a los casi 647 que tenía en octubre pasado. Es decir, ha visto mermado en 106 hectómetros cúbicos su nivel de agua. La situación no es mejor en los otros dos embalses de la zona emeritense, ya que el de Proserpina y el de Cornalvo han perdido un 6,3 y un 40%, respectivamente, aunque ninguna de estas dos presas influye en el abastecimiento de la ciudad que, por otro lado, no corre peligro.

La falta de lluvias ha provocado la perdida constante de agua embalsada en las cuencas que gestina la CHG en el entorno de la capital extremeña y el año hidráulico ha sido de los peores no sólo para estos embalses, sino para el resto de los que están bajo su tutela, que han bajado un 20% su capacidad desde octubre.

Esa ausencia de precipitaciones ha dado lugar a que el de Alange se encuentre al 63% de su capacidad (puede acumular hasta 851,70 hectómetros cúbicos de agua), mientras que el de Proserpina almacena un 70% del agua que es capaz de albergar (tiene 3,56 y puede alcanzar 5,04 hectómetros cúbicos) y el de Cornalvo conserva 1,30 de los 3,13 de capacidad máxima.