La empresa y centro especial de empleo Asicork cierra hoy sus puertas en cumplimiento del calendario acordado en el expediente de regulación de empleo presentado por el grupo Sabaté Diosos en abril. La totalidad de la plantilla, 48 trabajadores afectados en mayor o menor medida por una minusvalía, han sido despedidos. De estos 48 empleados, dos de los servicios administrativos permanecerán hasta julio.

El centro especial de empleo Aseicork, en el que la Fundación ONCE (Fundosa) tiene parte del accionariado, se dedicaba a acabar los productos elaborados por la empresa Arcobel, que también está sometida al expediente de regulación de empleo. De esta fábrica serán despedidos también hoy 11 trabajadores.

El responsable de CCOO, Mateo Guerra, manifestó que van a estar atentos a que no saque ningún tipo de maquinaria de Aseicork. "No vamos a permitir que se traslade maquinaria, porque sino sería un desmantelamiento", afirmó.

Cuando se negoció el expediente de regulación de empleo los trabajadores de Aseicork se mostraron en contra de someterse a despidos escalonados, al contrario que Arcobel, donde se despidió a seis trabajadores en marzo y 27 en abril. Este mes son 11, en junio serán dos, en agosto otros dos y en diciembre 35. 87 trabajadores en total despedidos.

NULIDAD

Por otra parte, CCOO estuvo a punto de pedir la nulidad del expediente de regulación de empleo al pretender el Grupo Sabaté-Diosos que 12 trabajadores de los 27 despedidos en abril continuaran en sus puestos hasta final de año, e incluso siguieran en el 2004, debido al trabajo que se acumula en la empresa, a lo que se negó el sindicato, "ya que modificaría las negociaciones que habíamos llevado a cabo. Además sería un engaño para los trabajadores que ya han sido despedidos y para los que van a despedir". Ante esta situación el Grupo Sabaté-Diosos dio marcha atrás.

En cuanto a la situación de la empresa, hay negociaciones entre una firma y los propietarios de Arcobel para vender la fábrica, en la que la Administración regional está jugando un papel de mediador.

Las negociaciones no están exentas de dificultades, ya que Sabaté-Diosos está pidiendo más dinero de lo que se dijo en un principio, 8 millones de euros por la venta de la fábrica, aunque este asunto se está reconduciendo.