Las arcas municipales cuentan desde esta semana con una nueva vía de ingresos. Se trata de dos nuevos gravámenes que aliviarán --aunque poco-- la difícil situación que atraviesan las cuentas del ayuntamiento, que acumula retrasos en el pago a sus proveedores debido a la crisis, que en 2009 redujo a la mitad la capacidad recaudatoria del consistorio. Son tasas referidas a la ordenanza que regula los aprovechamientos del dominio público.

Se verán afectados por estas nuevas tasas las entidades financieras que instalen cajeros automáticos en la vía pública, así como las empresas suministradoras de servicios, especialmente las de telefonía móvil. La recaudación estimada por ambas tasas ascenderá a unos 225.000 euros al año.

En el caso de los cajeros, se han establecidos dos ámbitos de actuación. De esta manera, el consistorio cobrará 605 euros al año por los dispositivos instalados en el perímetro comprendido entre las calles Almendralejo, Avenida de Extremadura, Santa Lucía, la Rambla, Berzocana, Avalos, Viñeros, Plaza de Santo Domingo, Graciano, plaza del Rastro, Cava, Del Puente y Morería. Para el resto, la tasa es de 580 euros.

En cuanto a las empresas suministradoras de servicios, las más afectadas serán las de telefonía móvil, pero también las de telefonía fija y las distribuidoras de gas o agua.

La concejala del área, Mercedes Moyano, aclaró durante el debate celebrado para aprobar ambas tasas que ninguna de ellas repercutirá en el bolsillo de los ciudadanos. Aunque la capacidad recaudatoria de las mismas no es muy amplia, algo ayudará a cuadrar el presupuesto municipal para el presente año, que a día de hoy aún no tiene fecha para su aprobación.