Unos individuos entraron durante la noche del lunes en la perrera municipal en busca, al parecer, de unos galgos que habían sido intervenidos por la Guardia Civil en una operación contra la caza furtiva.

Los autores del robo rompieron la alambrada de una zona utilizada para soltar a los animales fuera de sus cheniles, lo que permitió a una veintena de ellos --en la actualidad conviven en el centro unos 70 ejemplares-- escaparse de las instalaciones. Durante toda la jornada de ayer empleados municipales y miembros de la asociación protectora de animales Apame estuvieron recuperando algunos de ellos, aunque no todos.

Los intrusos golpearon a uno de los canes, fracturándole una de sus patas.