Muchas son las ermitas desaparecidas, muchos los historiadores que han investigado hasta el punto de conocerse su procedencia, sus ubicaciones y como fueron desapareciendo.

SAN JUAN Dos ermitas estaban dedicadas a este santo, una de ellas situada detrás de la ermita de San Andrés, cambió al dárseles la tierra a los dominicos. Ya en 1498 se decía que era una ermita pobre porque su madera era tosca y un tejado de tejas. En 1508 estaba casi en ruinas, pero siguió abierta al culto hasta 1602. La segunda edificación de la ermita de San Juan, según Moreno de Vargas y los historiadores Navarro del Castillo, Yolanda Barroso y Francisco Morgado se construía en 1633, era más suntuosa que la anterior, situada en el campo de San Juan entre la Iglesia de Santa Eulalia y la ermita de los Mártires-Santa Lucía. Se hizo uso no religioso ya que se habilitó como almacén de pólvora y paja. Causa más que suficiente para ir poco a poco deteriorándose hasta su ruina en 1804.

SANTA LUCIA Y SAN SALVADOR Documentada esta ermita en las actas de la Orden de Santiago desde 1498.

Moreno de Vargas dice de ella: "La ermita de los mártires San fabián y San Sebastián se edificó en tiempos de los Reyes católicos...Váse a ella con procesión su día y tienen un altar de Santa Lucía, virgen, con su imagen de mucha devoción". Se encontraba situada cerca de la Iglesia de Santa Eulalia, en las proximidades del puente de la vía del ferrocarril que da acceso a la barriada de Santa Catalina. A finales del siglo XV y XVI poseía una imagen de madera de San Sebastián y otra de Santa Lucía. Moreno de Vargas comenta en su Historia de Mérida que la ciudad, en el siglo XVII tenía mucha devoción a esta Santa. En el siglo XVIII comienza a denominarse Santa Lucía, pero será en los inicios del siglo XIX cuando de conozca de forma definitiva con este nombre: ermita de Santa Lucía. Con la Guerra de la Independencia vino el comienzo de su decadencia. En 1825 se tapian sus portadas y un año después, ante las dificultades que suponía trasladar los cadáveres hasta el cementerio de la ermita de la Santísima Trinidad, dirige una solicitud al ayuntamiento en la que propone utilizar los terrenos de la ermita como cementerio. No se acepta dicha solicitud, según los historiadores Barroso y Morgado, aunque sí se permite enterrar a los feligreses de Santa Eulalia en unos terrenos cercanos a la parroquia.

La ermita de San Salvador-Santísima Trinidad se hallaba en la parte más elevada del cerro del calvario, donde está actualmente el colegio público Federico García Lorca.

Ya se cita en el siglo XV y XV por la Orden de Santiago y se sabe que poseía una nave de estilo gótico. En 1655 se habilita como cuartel-hospital por el tránsito de soldados por la ciudad debido a la guerra con Portugal. A finales de la Guerra de la Independencia, como ocurrió con otras, llega decadencia. La desaparición de la ermita iría paralela al abandono del cementerio.

En 1868 comienza a utilizarse el actual cementerio de Mérida y por acuerdo en el año 1888 se autoriza a la comisión de obras a la demolición de las tapias de cementerio de la Trinidad.

El día 28 de julio de 1941 se hizo el colegio Ibáñez Martín, actual Federico García Lorca.