Las ermitas desaparecidas nos dan una idea de la religiosidad de la época y de la preocupación por tener atendido a los fieles de sus obligaciones religiosas.

El historiador Moreno de Vargas, en 1633, dice de la ermita de Santiago: "Iglesia antigua a los menos de la capilla mayor y otras dos pequeñitas que tiene colaterales que están tan tapiadas, y arruinadas a ellas dos altares, son de tiempo de los godos; cayeron esta iglesia los moros y después la aderezaron los cristianos y fue parroquia muchos años hasta que se edificó en la plaza de santamaría, a donde se trasladó esta parroquia...".

En el siglo XVIII, el ayuntamiento paga los gastos de una nueva imagen para la ermita. "Líbrense en el acudal de alimentos seiscientos reales vn. que por ahora sirvan para ayudar de pagar las costas que tiene la hechura del Sr. Santiago a caballo que se está haciendo en Badajoz y para colocarlo en su ermita", escribía. Actualmente la imagen, según las investigaciones de Yolanda Barroso y Francisco Morgado, se encuentra en la capilla que los Condes de Roca erigieron para su enterramiento. Parece, según Moreno de Vargas, que se ubicaba cerca del arco Trajano.

Los Libros de Acuerdos Municipales la ubican en la plaza de la Constitución, o como la hemos llamado durante años la plaza del Parador. En el siglo XVIII se destinó a otros menesteres, entre ellos, como ocurrieron con otras ermitas, para almacén de paja. Su demolición pudo ser en 1808, ya que los planos de la ciudad de Mérida, realizados por Coello en 1850, no aparecen.

SANTA MARIA DEL CASTILLO Junto al recinto de la alcazaba estuvo la ermita de Santa María. Se denominaba del Castillo por estar cerca de la fortaleza árabe.

Su ubicación nos la muestra Moreno de Vargas al darnos el lugar exacto: "Todo su edifico es de cantería de sillares y las bóvedas tan fuertes, que con haber pasado tantos años y sobre ella está fabricada una iglesia que lo fue de los godos y más adelante mezquita de moros".

El edificio se consagró a Santa María tras ser reconquistada la ciudad en 1230. Moreno de Vargas los describe en su historia de Mérida, de 1633: "El rey, acompañado de los prelados y señores, llevando consigo el ejército, entró en la ciudad y los sacerdotes cantaron el Te Deum Laudeamus. Bendijeron la mezquita del castillo, señalándola por la iglesia con la advocación de Santa María y celebraron misa en ella con sumo gozo y alegría. No puedo dejar de culpar a las priores y prelados de esta provincia el descuido tan grande, digno de llorar, que ha tenido con esta iglesia, pues está sin altar y expuesta a toda profanidad debiendo tenerla en mucha decencia para que en ella se celebrase el sacrificio de la misa, pues además de ser del tiempo de los godos su edificio, es la primar y más antigua iglesia que en esta provincia tiene la Orden de Santiago".

Durante varias semana hemos escrito sobre las ermitas emeritenses y nuestras fuentes han sido el archivo histórico, y los historiadores Bernabé Moreno de Vargas, José Alvarez Sáenz de Buruaga, Vicente Navarro del Castillo y, sobre todo, Yolanda Barroso y Francisco Morgado, que nos ha facilitado mucha documentación. Gracias.