El parlamento extremeño ha decidido, con los votos a favor del PSOE, IU y PrexCrex, y en contra del PP, que la nueva estación del ferrocarril en Mérida no se aleje del entorno de la ciudad. Con el proyecto anterior, en el recinto ferial, el AVE entraría en fondo de saco. Sería más caro, pero mejor para la ciudad según unos. Otros (el PP) defienden su salida por la rapidez, para no perder tiempo de viaje si se ubica cerca de Aljucén, que es en definitiva donde iría si lo decide el Gobierno.

Numerosos colectivos emeritenses están luchando para que se quede en Mérida. Si se politiza, ya se sabe: PP dice algo y PSOE lo contrario. Pero en esta ocasión, PSOE, IU y Prex-Crex han decidido votar lo mismo. Periodistas emeritenses como Rafael Angulo defienden su ubicación en los alrededores de la estación de Aljucén. José L. López Aroca comenta que nos puede costar caro, y recuerda la historia de finales del siglo XIX, cuando Mérida comenzó a ser ciudad gracias a la llegada del ferrocarril: "Si sale, puede que nos arrepintamos, y sin solución de recuperar la estación en Mérida ciudad".

Todos defienden sus posturas. Todos creen llevar razón. El alcalde, Pedro Acedo , opina, con todo su partido (bueno, lo que diga Acedo va a misa, y todos a comulgar aunque estén en pecado mortal) que lo mejor es sacarla a la vía principal. El ex alcalde Antonio Vélez da sus razones de la barbaridad que supone sacar la estación de Mérida. Sería, dice, la ruina para la ciudad.

En la Asamblea, el cacereño Víctor Casco , de IU, parecía un emeritense, como el placentino Damián Beneyto , del Prex-Crex. En su defensa por la ubicación en el entorno de Mérida, normal Antonio Rodríguez Osuna . Por el PP, el cacereño David Herrero defendió en la tribuna que lo mejor para Mérida era sacarla de la ciudad. ¿Por qué no defendió esa postura la diputada emeritense Pilar Vargas ? Ha sido portavoz del PP y sabe latín. ¿Por qué en vez de un cacereño, con todos mis respetos, no hace la defensa una emeritense?

A mí lo que me gustaría es que la estación tuviera olor a calamares del bar Aragón.