Los jóvenes que están preparan los exámenes de septiembre se quejan de que, de las tres bibliotecas públicas que existen en Mérida, sólo la de la universidad está abierta por las tardes. Además, sólo permite realizar consultas de ocho de la mañana a las 14.30 horas. "Muchos trabajamos por la mañana, por lo que que nos es difícil obtener información para completar los apuntes", cuenta Sergio Pérez, de 20 años.

El responsable de la biblioteca de la universidad explica que el personal necesita vacaciones, "por lo que no se pueden ofrecer los mismos servicios que durante el curso".

Además, algunos jóvenes denuncian que tienen poco espacio para estudiar después del mediodía, ya que sólo 120 pueden concentrarse en la sala de estudio abierta.

En este sentido, la responsable de la biblioteca municipal, Magdalena Ortiz, contestó que el horario que se ofrece es amplio para poder estudiar, actividad que "no es la única ni la principal, ya que la función fundamental de las bibliotecas es permitir la consulta de libros". Para erradicar este problema propone que "las entidades, públicas o privadas, abran salas de estudio".

Por otro lado, uno de los encuestados informó, finalmente, de que el aire acondicionado de la universidad estaba estropeado. Sin embargo, el responsable del citado centro de lectura aclaró que lo que pasa es que "no tiene termostato, por lo que no hay un punto medio y, a veces, lo apagamos".