TEtstaba divorciado del teatro. Había visto tantas barbaridades en los festivales del teatro clásico, en el Teatro Romano de Mérida, que prefería no llevarme más sofocones. Jesús Cimarro me ha devuelto las ganas de volver. Me alegro. Como periodista viví cientos de anécdotas en los ensayos generales de distintas obras que, como director, Pepe Tamayo o el extremeño Manuel Canseco disfrutábamos en las madrugadas emeritenses. En el peristilo jugábamos la partida de mus con José Carreras.

El pasado viernes en el teatro Trajano me llevé una gran sorpresa, una madrileña, Eva Rufo, nos dio una lección de saber estar en un escenario. Ella sola tomó las riendas de un papel excepcional en la obra de María José Canellada, filóloga y esposa de Alonso Zamora Vicente, cuyo primer destino como catedrático fue el instituto de bachillerato de Mérida en 1940. Nunca perdió su vinculación con esta ciudad y con Extremadura, donó la biblioteca de la Fundación Alonso Zamora Vicente a la ciudad de Cáceres. Aquí escribió: "El habla de Mérida y su comarca". Tiene una calle en el mismo centro de la ciudad. La obra se desarrolla en El Penal de Ocaña. Los espectadores tuvimos la suerte de poder contemplar la actuación en el mismo escenario. La actriz Eva Rufo se iba engrandeciendo, durante más de una hora nos adentró en su mundo. A escasos dos metros observamos, paso a paso, su interpretación. Genial. Espectacular.

Rosa Lencero, poeta y escritora de prestigio, dirige la Editora Regional como los buenos escritores. Departimos al final con Eva y con dos entrañable amigos, Pelayo Moreno y su mujer Ana González. Sola en el escenario con Isabel Zamora, en momentos esporádicos, nos trasladaba con una delicadeza digna de una actriz hecha, madura, narrándonos un acontecimiento en la España de la guerra civil en Madrid. Sin colores. Hechos ocurridos en aquella macabra confrontación entre hermanos. Tuvo que salir a saludar tres veces. Me hizo recordar mi último libro sobre la guerra civil en Mérida. Hechos similares. Eva Rufo vuelve en marzo con Ana Belén al teatro Trajano. No me la pierdo. Palabra.