El exgerente de Arcobel, Luis Sánchez de Pedro, que dejó el cargo el 31 de enero, mostró ayer a los trabajadores de la fábrica sobre las que se cierne el despido masivo el interés que tiene por quedarse con las actuales instalaciones y contar con la práctica totalidad de la plantilla actual, compuesta por un centenar de empleados. Sin embargo, nada de esto se llevaría a efecto si no logra avales por valor de 6 o 7 millones de euros (entre 1.000 y 1.200 millones de pesetas), para poder llevar a cabo las inversiones que ha proyectado.

Ahora, los sindicatos CCOO y UGT y el comité de empresa estudiarán esta propuesta para ver "si tiene viabilidad o no porque también necesita entidades financieras o apoyo de instituciones que le den dinero", señaló ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA Mateo Guerra, el responsable de CCOO en esta negociación.

Se trata de quedarse con la fábrica, contratar a la mayoría de la plantilla y mantener las condiciones de trabajo, además de requerir esas inversiones millonarias para modernizar la maquinaria y alcanzar un acuerdo laboral.

Tras conocer el plan del exgerente, Guerra indicó que eso demuestra que se está buscando una solución, pero "tenemos que ser realistas, porque todo está condicionado a muchas cosas".

Por otro lado, durante la reunión de ayer los sindicatos pidieron la auditoría del pasado ejercicio, que no está auditado, mientras el grupo Diosos insistió en estudiar las indemnizaciones.