Los malos olores que desprende Extremeña de Grasas han vuelto a enfrentar al ayuntamiento con la Junta. Si el pasado sábado, la Administración regional decía que las competencias para cerrar la fábrica eran solo del ayuntamiento, el equipo de gobierno local rechaza de plano esta responsabilidad, que considera que es de la Consejería de Medio Ambiente.

Por este motivo, el ayuntamiento muestra "su indignación" por estas afirmaciones, y avisa: "No nos vamos a mantener con los brazos cruzados. Por ello remitiremos con urgencia a la Junta de Extremadura el acuerdo adoptado en pleno", para que el Gobierno regional resuelva el problemas del mal olor.

ALEGACIONES También anunciaron que presentarán "las alegaciones que la ley nos permite y nos exige para la no concesión de la Autorización Ambiental Integrada que da la Junta, a la que acompañaremos firmas de vecinos" contra el mal olor.

Por otro lado, aseguran que no descartan emprender acciones legales por "este hipotético y descabellado conflicto de competencias".

"Que una Administración regional utilice este tipo de argucias para eludir sus responsabilidades, zaherir a una Corporación municipal elegida democráticamente como la de Mérida y, de paso, causar un daño gravísimo sobre el bienestar y la salud de los emeritenses, es tan nauseabundo como los olores que desprende la fábrica de grasas", explican desde el equipo de gobierno.