El representante de la Extremeña de Grasas, Luis Cabotá, ha enviado un escrito al ayuntamiento en el que pide al alcalde, Angel Calle, que deje sin efecto el decreto por el que ordenó el cese de la actividad de la fábrica, ya que consideran que han cumplido las cinco medidas correctoras propuestas por la factoría.

La solicitud va a acompañada de un informe técnico de la empresa, donde se señala que la aplicación de las medidas correctoras "ha contribuido a una disminución muy notable de los olores".

También solicita que revoque lo antes posible la suspensión de la actividad, "dado que la empresa no puede soportar económicamente que el cierre se prolongue más en el tiempo, sin correr un riesgo muy grave de crisis economía".

El alcalde, que recibió el escrito ayer, a pesar de tener fecha de 5 de septiembre, indicó que los técnicos municipales visitarán la fábrica la próxima semana para comprobar "con detenimiento" si se han cumplido las medidas, "y lo que digan será la base para tomar la decisión correspondiente".

Por otra parte, la portavoz del grupo municipal del PP, Pilar Vargas, afirmó que el "culebrón" de la fábrica de grasas va a acabar "en la recalificación de un terreno rústico en el término de Mérida para trasladar allí la factoría, con el que alguien dará un pelotazo y obtendrá unas ganancias que no debe tener".

Calle calificó estas declaraciones como un "despropósito", ya que la ley obliga a las industrias nocivas a instalarse en suelo rústico. Además, dijo que no cambiarán el Plan Urbano para recalificar el terreno donde está la fábrica en el polígono industrial.