El pasado mes se celebró el Congreso Internacional Eulalia de Mérida como figura histórica, en el ámbito del XVII centenario de su martirio. El éxito se debe al trabajo del director del Museo Nacional de Arte Romano, José María Alvarez, y de José Luis de la Barrera, que han echo posible que podamos conocer mejor la figura de Eulalia de Mérida.

Nos extrañó la ausencia del consejero de Cultura, Francisco Muñoz, aunque mandó magníficos representantes. Hay que recordarle que nació en Mérida, en el hospital San Juan de Dios, atendido por el doctor Andrés Valverde López. Su padre, Bernardo Muñoz, era profesor de Latín en el instituto Santa Eulalia y por lo tanto sus raíces primarias son de esta ciudad.

Yo nací en Badajoz y lo digo con el mayor orgullo, en el mejor lugar, la plaza de la Soledad, y en el mejor sitio de esta plaza, en el Banco de España. Si me pidiera algo Badajoz lo haría sin pensarlo.

Francisco Muñoz le debe un poco más de atención a estos actos. Asiste a casi todos, es verdad, pero le echamos de menos en este. El, como buen investigador, incluso no debería haber faltado a más de una de las muchas conferencias que se dieron.

Mérida pasa por una etapa donde se están publicando libros, artículos, trabajos y aportando experiencias para mejorar los conocimientos de la capital autonómica.

Ahora sólo esperamos ver publicados en un libro todos los trabajos que se expusieron en este congreso y poder obtener uno de los documentos más valiosos de todos los que se han hecho hasta ahora.