A finales del siglo XIX y comienzos del XX, la presencia de fuerzas militares en Mérida eran pedidas por el ayuntamiento de forma reiterada.

Se escribe al Ministerio de la Guerra y se hace efectiva esta vieja aspiración de Román García de Blanes Osorio, que la consolida su hijo Román García de Blanes Pacheco el 14 de abril de 1918: "vencidas cuantas dificultades habían surgido demorando el comienzo en la ejecución de las obras para la instalación en esta localidad del 1º Batallón de Artillería de Posición, el Excmo. Ayuntamiento y el vecindario en masa dando la más completa sensación de su amor a la Patria y al Ejército y contando ya con los suficientes recursos, desea vivamente que el Excmo. Sr. Capitán General de la Región se digne disponer el traslado a esta plaza del Sr. Comandante de Ingenieros de Badajoz, al objeto de empezar sin pérdida de tiempo las expresadas obras".

ARRENDAMIENTO Se hace entrega provisional de los locales que brinda el ayuntamiento de Mérida al Ramo de la Guerra para la instalación del 1º Batallón de Artillería de Posición estando presentes en el acto: Manuel Olea Ibáñez, subintendente militar de 2; Guillermo Pirri, jefe de propiedades del Ramo de la Guerra y el comisario de Guerra, Lorenzo García Lorente, como interventor.

La cesión se hace provisional y durante dos años, hasta que el ejército se traslada al Campo de San Juan, donde estuvo el cuartel Hernán Cortes hasta su marcha en 1997.

La primera ubicación de las tropas en Mérida estuvo en lo que en principio fue una fábrica de corcho en la calle Alfonso IX, que posteriormente fue propiedad de la familia García de Blanes, los primeros en brindar el lugar para su ubicación. Pero al necesitar unos locales más amplios, se procedió a arrendar los que se tenían en la calle Marquesa de Pinares, de Eugenio Macías Rodríguez, que por determinados procedimientos jurídicos se los habían vendido.

El lugar estaba en el mismo centro de la ciudad, a 150 metros de la estación del ferrocarril, y sobre las carreteras de Madrid a Portugal y de Sevilla a Cáceres.

Tenía una extensión de 25.760 metros cuadrados que comprendía la calle Alfonso IX, hoy Almendralejo, Marquesa de Pinares y Vespasiano.

Se consolidó el 22 de octubre de 1918 y en presencia del comandante militar de la plaza, Teniente Coronel de Artillería, José Espí y Sánchez de Toledo; el Teniente Coronel de Intendencia, Guillermo Pirri Gutiérrez; el Comandante de Ingenieros, Nicomedes Alcayde de Carvajal; y del comisario de Guerra de segunda clase, Marcelo Usera Sánchez. En representación del ayuntamiento fue el alcalde Román García de Blanes Osorio.

Las obras las realizó el contratista Manuel Vázquez Moreno. El proyecto lo hizo la Comisión de los Cuerpos de Artillería e Ingenieros con la certificación del Comandante de Ingenieros y Director Facultativo de las mismas, Nicomedes Alcayde Carvajal.

La familia García de Blanes había conseguido su objetivo, traer a Mérida tropas militares y ofrecerles su propia casa.