Durante esta semana se han instalado en la ciudad dos pequeños asentamientos de gitanos portugueses compuestos por varias familias.

El que más tiempo lleva está debajo del puente Nuevo, en la margen izquierda del Guadiana. Los miembros de esta familia se dedican a recoger aceitunas y afirman que están esperando al patrón que les ha contratado para ir a la finca a trabajar.

El otro asentamiento se ha formado junto a la barriada de María Auxiliadora, al lado de la antigua travesía de la N-V. También está compuesto por dos o tres familias de portugueses, que se dedican, principalmente, a la venta de caballos.

La policía local ya les ha advertido de que tienen que abandonar el lugar, y les ha dado de plazo hasta hoy.

Por otra parte, desde la comisaría se afirma que la proliferación de estos asentamientos, porque durante este mes se han ido sucediendo varios en distintos puntos de la capital autonómica, no está suponiendo un aumento de los hurtos, ya que aseguran que la estadística es más baja que la del pasado año por estas fechas.

De todas formas, policías vestidos de paisano vigilan las zonas comerciales para prevenir los robos.