Las ferias han sido motivo de encuentro en nuestra ciudad y el historiador Francisco Morgado, en su libro Las ferias de Mérida (1300-2000) , hace un minucioso recorrido por todas ellas.

La Feria Grande se celebra en los primeros días del mes de septiembre, para aumentar la popularidad y asistencia de los ciudadanos de Mérida y su comarca, que asistían al rodeo y los festejos de estos días.

Se tiene conocimiento de estos festejos, con sus subidas y bajadas, desde el año 1300, y ha seguido hasta nuestros días, siendo la de mayor asistencia de ciudadanos y esperada por todos.

En el periódico La República y el Eco Extremeño, de 1900, se dan noticias de la nueva feria de febrero que se desarrolla en el Arrabal, al final de la Rambla de Santa Eulalia, y cercana a lo que es actualmente la edificación del antiguo cuartel Hernán Cortes, y en la plaza de la Constitución, hoy plaza de España. Esta feria de febrero ha ido desapareciendo de tal forma que su celebración ha caído en el olvido.

PRECIOS

Los ganaderos, industriales y comerciantes emeritenses piden al ayuntamiento la creación de una feria en octubre, ya que al término de la de San Miguel, en Zafra, se ajustarían los precios del ganado y ultimarían una serie de tratos que se hacían en Zafra.

Para que fuera una realidad, cuenta Morgado, que intervinieron las instituciones locales, la Sociedad Económica Amigos del País, la Comunidad de Labradores y la Cámara de Comercio. El 5 de septiembre de 1907 se hace la propuesta y el ayuntamiento la aprueba. A pesar de los pocos días que faltaban, se celebró y cada año adquirió mayor éxito. Comenzaron a celebrarse en la plaza de la Constitución y terminaron con el rodeo en el barrio de San Antonio, que también se le conocía como el barrio Bizcocho.

Se celebraba el rodeo de ganado los días 10, 11 y 12 de octubre. Al margen de la venta y compra de ganado se ponen en escena zarzuelas, el cinematógrafo, fuegos artificiales y un alumbrado público extraordinario para esta fecha.

Esta Feria Chica cierra el ciclo de los rodeos en la región. Hubo años con asistencia de cientos de ganaderos que hacían correr el dinero con los tratos y se miraba al cielo para ver cuando llegaban las lluvias y esto servía como termómetro para futuras operaciones.

El mayor auge se alcanzó en la década de los cincuenta. El Teatro Cine Alcazaba pone en escena obras de interés para los feriantes.

En estos años el colectivo gitano toma las riendas y su presencia en la ciudad es tal que en poco tiempo se le comienza a denominar la Feria Chica o Feria de los Gitanos.

Los gitanos merecen capítulo aparte ya que durante cincuenta años han mantenido viva esta feria que poco a poco va decayendo, una lástima, incluso muchos gitanos han dejado de asistir a ella, se ha politizado, y no todos están de acuerdo con la postura que tiene algunos de su raza en como se lleva la feria en la actualidad.