Hace años que no se celebra una feria del libro de ocasión. En la última pude adquirir la colección completa del Guerrero del Antifaz. Me encanta. Hay algunos libreros emeritenses a los que no les hace mucha gracia esta feria. ¿Por qué?. No me lo explico. Me parece extraordinario por parte del concejal de Cultura Fernando Molina que haga realidad una petición que personalmente le he hecho en varias ocasiones y que también se lo han pedido muchas otras personas.

Cada primer sábado de mes en la Plaza Alta de Badajoz hay un mercadillo donde hay varios libreros pacenses que venden libros de ocasión. Los visito y ya me conocen. Me guardan los ejemplares que saben que me gustan. Y no son gangas como algún librero emeritense piensa. No significa que sean baratos, algunos sí, otros valen una fortuna, pero encuentras ejemplares que pueden suponer un aliciente en tu biblioteca. Tengo quince enciclopedias de los años treinta, cuarenta y cincuenta de la escuela de entonces. Libros de lecturas, políticos y religiosos y me encanta leerlos y tenerlos, y estos sólo se encuentran en estas ferias.

Mérida tiene entidad para eso y más, lo curiosos es que somos nosotros quienes tratamos de impedirlo.

Jaime Naranjo tiene una librería en Cáceres con ejemplares únicos y de vez en cuando, al margen de la charla, me traigo algún ejemplar que me recomienda. Ya tengo cita con él la próxima semana. Estas ferias y estos libreros, con esta clase de libros, son oportunidades que nunca se deben perder y hay que aprovecharlas en todos sus términos. Bienvenida sea la feria del libro de ocasión.