El pintor José Antonio Ferreiro se ha jubilado como funcionario de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. En su despacho pintó un precioso mural que lo disfrutará otro y un cuadro en la pared, detrás de la mesa de su despacho, un encinar con un pequeño charco en una vereda que es una delicia. Ese cuadro, que no lo quería vender, me lo echaron los Reyes Magos y encargado a sus majestades por mi mujer e hija.

Es, sin la menor duda, uno de los mejores acuarelistas de Extremadura, y si se hubiera dedicado más a pintar, de este país. Unas estaciones con un poco de niebla que son una maravilla, unos paisajes únicos, ha obtenido varios premios pero últimamente se había abandonado y ahora, con más tiempo, podrá seguir pintando y exponer, que es lo suyo.

Sus exposiciones han sido un rotundo éxito y sus cuadros se vendían el día de la inauguración. Pocos llegaban a la clausura. Es un genio. Y un magnífico humorista. Estuvo varios años con nosotros en este periódico y, disfrutábamos cada mañana con esa viñeta humorística, que en más de una ocasión le sacó los colores a más de uno. Tendríamos que recuperarlo ahora que tiene más tiempo y entre copa y copa, un chiste y una pincelada.

Ferreiro es un lujo para Mérida. Una persona entrañable y un acuarelista que nos tiene que dar en el futuro muchas satisfacciones. Enhorabuena por la jubilación y ahora ya no hay justificación para no seguir pitando.