La crisis pasa factura al programa taurino de la feria de septiembre en Mérida. Este año solo habrá dos festejos mayores, una corrida de toros --frente a las dos del año pasado-- y otra de rejones, aunque se ha tratado por parte de los promotores mantener alto el nivel de las figuras que vendrán a Mérida en la única cita taurina de todo el año.

El sábado día 4 se celebrará una corrida de toros para los diestros Alejandro Talavante, que ya estuvo en el coso emeritense el año pasado, Antonio Ferrera, en su primera aparición en su provincia en la presente temporada, y Manuel Jesús ´El Cid´, que lidiarán toros de Jandilla de Borja Domecq.

El domingo día 5 será el turno de la lidia a caballo. Los rejoneadores emeritenses Juan Carlos Jiménez y Luis Correa tendrán la oportunidad de triunfar ante su público, acompañados por los portugueses Marco Tenorio y Francisco Palas, ante toros de la ganadería de Ramón Flores.

El viernes día 3 se ha programado una novillada para los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, con la participación del extremeño Rafael Cerro, que ha destacado en las escuelas taurinas de Andalucía y en el torneo de la Plaza de la Maestranza de Sevilla.

ENTRADAS Las localidades se pondrán a la venta diez días antes de los festejos y se podrán retirar en las taquillas del coso y en la caseta que como es habitual se instalará en la plaza de España, junto al ayuntamiento. Los precios se mantendrán estables con respecto a los del año pasado, que oscilaron entre los 10 y los 90 euros. También se pondrán a la venta abonos que incluyen un descuento de un 10% sobre el precio individual.

La presentación de los carteles de feria se celebró ayer, con la presencia del consejero municipal de Industria y Comercio, Antonio Rodríguez Ceballos, y de los empresarios de la plaza de toros emeritense, Gustavo Postigo padre e hijo. El primero de ellos justificó el recorte en el número de festejos aludiendo a la crisis económica, que en muchos lugares ha obligado a suspender las corridas, y dijo que en Mérida se ha preferido reducir el número para tratar de mantener un buen nivel en la composición del cartel, algo que considera que se ha logrado pese a la dificultad.