Visto para sentencia el juicio por el tiroteo mortal de agosto de 2011 en el que fallecieron dos personas en la barriada de San Lázaro por las desavenencias entre dos familias. Tras cuatro días de sesiones, ayer tuvo lugar la última sesión con los informes y el alegato final de los acusados. La Fiscalía mantiene la imputación a dos hombres por un delito de asesinato, al considerar que fueron los autores de los disparos que acabaron con la vida de una mujer de 71 años y de un hombre de 38, ambos de la familia V.

En concreto, el ministerio público acusa a J.M.V., de un delito de asesinato y de tres de tentativa de asesinato, así como por la tenencia ilícita de armas, por lo que le pide la pena de prisión de 47 años. Por su parte, la Fiscalía acusa J.M.M.D., de un delito de asesinato y pide para él 50 años de cárcel. También mantiene la petición de 63 años de homicidio para M.V.V., que está en custodia policial tras no personarse en el primer juicio, y ha sido acusado de ocho delitos de tentativas de homicidio al disparar cuando la otra familia también realizó tiros contra la vivienda de la suya, momento en el que cayó herido.

Cabe recordar que el suceso tuvo lugar el 3 de agosto de 2011 en la calle Jarandilla después de que hubiera diferencias entre ambas familias a raíz de la separación de una pareja integrada por dos personas de cada unidad familiar. La Fiscalía considera que los acusados deben ser sometidos a «un examen crítico», que la «contienda» entre ambas familias se produjo por «una enemistad manifiesta» y que los miembros de la familia V. acudieron desde Barcelona dotados con armas.

En la primera sesión del juicio, los acusados reconocieron haber lanzado varios tiros «al aire», pero en defensa propia y sin ánimo de herir a nadie. Sin embargo, el ministerio fiscal manifestó ayer que los disparos «no iban dirigidos al aire, sino a las personas y con el ánimo de matar, con dolo». También hay otros acusados por numerosas tentativas de homicidio, que se penan con siete años y seis meses de cárcel. Asimismo, se pide un año de prisión para J.S.V., M.A.V., y J.M.D.V., por tenencia ilícita de armas.

petición de libertad // Por su parte, el abogado de M.V.V., José Duarte, señaló ayer que los «coautores» de las muertes fueron miembros de la familia M. y que su defendido, para el que pide la libertad y al que supuestamente solo se le puede acusar de tener armas de una forma ilícita, fue «una víctima» ya que los otros tenían «ánimos de matar».

En esta línea, la abogada de J.M.M., Carlota Garrido, aseveró ayer que la costumbre de la etnia gitana es resolver sus diferencias con discusiones pero que la noche anterior al día de los hechos no hubo disparos y que esa jornada los V. fueron «en pelotón» ante la vivienda de los M. situada en el barriada emeritense. Ante esto, aseguró que su defendido respondió disparando al aire en legítima defensa y que luego hubo un tiroteo, por lo que pide la absolución para su defendido.

Según afirmó una agente de la policía nacional en la tercera sesión del juicio, durante el tiroteo se efectuaron 190 disparos «a la altura de la gente que estaba a la altura del suelo». Además, los agentes que participaron en la investigación del suceso y se personaron en el lugar instantes después del tiroteo coincidieron en destacar la magnitud del enfrentamiento armado entre las familias y la gran cantidad de casquillos, munición y armas que fueron localizadas en el lugar de los hechos.