El otro día me despidieron de la empresa en la que he trabajado 22 años y, para recordarlo, Domingo me hizo un par de fotos (históricas) mientras firmaba el finiquito. Aunque no soy muy ducho con el móvil (tampoco), las colgué en el grupo de whatsapp de mis hijos y en el de mis hermanos, junto a otras 346 fotos históricas (recientes). Cómo les diría yo, fotos de las navidades todos como una piña, Lisboa (antiga e señorial), en la EFA con muletas, Jorgito en el Romano, la mesa con Domingo, Pepe Arenas, Carlos y el Pasmo en el Quintanillla (cuando era Quintanillla); de las imágenes la más antigua es el nacimiento de Markitos que intentaré perpetuarlo porque estas fotos históricas dejan de serlo en cuanto pasan un par de años (historias efímeras). Mis históricas no alcanzan el nivel de las de mi hermano Artemio (unas dos mil) que, históricamente, es más explícito: entre semana poca historia pero sábados y domingos es de una intensidad… histórica (el farinato lo historió con unas veinte).

Esta forma de frivolizar la historia, banalizando lo ocurrido con imágenes superficiales roza lo ridículo y me tiene asombrado (también es verdad que me asombro con cualquier cosa). Es falso de toda falsedad que una imagen valga más que mil palabras, lo que resulta es más cómodo, una foto la ves en segundos pero mil palabras tardas cinco minutos en leerlas y entenderlas (a velocidad lenta). Lo ideal sería una imagen más mil palabras, pero dudo que nuestros escolares soporten tal esfuerzo porque es más fácil fotografiar la historia que escribirla. Le tengo dicho a Carlos que, en unos años, sus alumnos de Historia en el instituto de Arroyo de San Serván no tendrán libros ni manuales de texto, sino álbumes de fotos. ¿Rey visigodo?: foto de Recaredo. ¿Atila?: foto del huno delante de un grupo de desaliñados (puede dar lugar a confusión con una asamblea de Podemos). ¿Guerra civil?: aquí no hay foto que valga porque es la única historia del mundo que han escrito, falseándola, los perdedores. ¿AVE por Extremadura?: foto vacía (si acaso con un carromato al fondo). ¿Acontecimiento histórico extraordinario?: foto de Pepe Fouto en Eibar. ¿Chiringuito playa?: foto del Nevado un viernes a las 3. ¿Malqueda?: foto de Maxi Román y, así, sucesivamente.

Mención aparte para los políticos donde se da mucho el salir en la foto (o no) como síntoma de poder y los hay dotados en «figurar» sin que este cúmulo de imágenes guarde necesaria relación con su entrada en la historia. Ahora que fotografío, conforme escribo la reseña que usted, amable lector, tiene la paciencia de leer, voy cambiando de opinión sobre la historia: Al final haré ‘clik’ encima de las 346 fotografías y cuando me pida ‘quiere borrarlo todo’ daré al ‘si’ y mañana será otra historia.