Prevenir y concienciar frente al vandalismo. Estos son los dos pilares sobre los que se desarrolla la campaña publicitaria Cuando dañas el patrimonio, nos dañas a todos, una iniciativa puesta en marcha por el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad (GCPH) para la protección medioambiental de los monumentos. «Dentro del grupo de ciudades tenemos problemas comunes como el vandalismo y las pintadas en los monumentos y espacios históricos», explicó ayer el delegado de Patrimonio, Félix Palma.

La ganadora del concurso que se convocó para elegir el cartel de la campaña fue Rocío Rodríguez, quien obtuvo un premio de 1.500 euros y dos pernoctaciones en las ciudades del GCPH por sus carteles en los que un hombre y una mujer tienen la apariencia de estar pintados. Estas imágenes se distribuirán en los colegios, institutos, asociaciones de vecinos, colectivos y agrupaciones de la ciudad, así como en los negocios de hostelería.

Para evitar que se produzcan acciones que dañen el patrimonio, el edil puntualiza que también se debe recordar a la ciudadanía que existen sanciones penales para aquellos que sean responsables de un acto vandálico en elementos del patrimonio monumental. De hecho, en la ordenanza municipal reguladora de la convivencia urbana se califica como una infracción grave «realizar pintadas en monumentos o edificaciones catalogados de interés cultural, histórico o artístico», lo que puede conllevar unas multas que van desde 1.500,01 a 3.000 euros.

Los monumentos emeritenses preferidos por los amigos del vandalismo y los grafitis son la alcazaba, el puente romano y el acueducto de los Milagros, según Palma. Por su parte, el delegado de Medio Ambiente, Rafael España, aseguró que resulta «muy complicado conseguir la limpieza completa de los monumentos con productos no destructivos y nunca se va a recuperar como estaba antes de la pintada, además de que cualquier trabajo de restauración es caro».