Las pruebas realizadas con un georadar los días 9 y 10 de octubre en una superficie de 6.000 metros cuadrados junto a las tapias del cementerio han confirmado la existencia de una fosa común con restos humanos, aunque estos están tan fragmentados que será muy difícil conseguir la identificación de los cadáveres.

Así lo explicó ayer la portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida, Libertad Sánchez, quien dio un avance del informe presentado por el técnico Luis Avial, autor de las prospecciones, que han confirmado que la fosa común continuaba hacia la zona de aparcamientos y seguía hasta la calzada romana.

Libertad Sánchez indicó que las dificultades para identificar los cadáveres vienen dadas "porque a los fusilados se les rociaba con gasolina y les prendían fuego, por lo que será difícil saber cuántos restos habrá y las posibilidades de excavación, que serán costosas, pueden prolongarse durante dos o tres años y solo se podrían recuperar unos 30 cuerpos", precisó.

A pesar de todo, las prospecciones continuarán. Así, Luis Avial se ha comprometido a volver antes de que finalce el año con un georadar más potente para inspeccionar durante una semana toda la franja de terreno situada junto a la tapia.

Por otro lado, la Audiencia Provincial ha admitido a trámite la denuncia interpuesta contra el régimen de Franco por delitos de lexa humanidad, que antes había rechazado un juzgado. "Cuando han aparecido restos con signos de violencia, lo lógico es que se lleve a cabo una investigación jurídica", dijo Sánchez.

La asociación celebra hoy, a las doce del mediodía, un homenaje en las tapias del cementerio para recordar las personas que fueron fusiladas en este lugar.