Una comisión gestora se encargará de reorganizar el Consejo Local de Izquierda Unida tras la dimisión de la mayoría de los dirigentes tras los resultados electorales del 25 de mayo, que les han dejado sin concejales. El hasta ahora coordinador local, Vicente Ramírez, no eludió ayer la responsabilidad que ha podido tener y aseguró que sólo hay un motivo por el que ha dimitido: "La gran derrota que hemos tenido", por lo que considera "coherente" la dimisión.

Hasta que esto suceda, se convocarán diversas reuniones para designar a los nuevos miembros del órgano directivo, así como al nuevo coordinador local.

Los estatutos de la coalición recogen la posibilidad de que se cree una gestora para dirigir la formación hasta que la asamblea local elija a los nuevos integrantes del Consejo, un proceso que los representantes salientes desean sea lo antes posible.

Ramírez no buscó excusas a su decisión y reiteró el "rotundo fracaso" y el "descalabro" electoral. "Hay que hacer una autocrítica", señaló, al considerar que el "mayor responsable de la situación ha sido Vicente Ramírez". Sin embargo, anunció que seguirá desarrollando tareas en la coalición "de la misma forma que los compañeros y compañeras que mantenido viva esta organización". Además, hizo un llamamiento a la izquierda para "trabajar unidos en la calle", porque "si el PSOE no entiende esto, ganaremos en la calle pero perderemos en las urnas".

En este sentido, Ramírez rechazó pensar que IU hubiera conseguido un concejal en el caso de haber concurrido a los comicios en coalición con otro partido político.

Por su parte, la exconcejala Carmen López achacó el "fortísimo fracaso" a un cúmulo de circunstancias y reiteró que en ningún caso van a "tirar la toalla", porque "nadie en esta ciudad va a conseguir que esta organización se muera".