"Era un número feo", pero ha sido muy rico para los trabajadores de la Federación Extremeña de Asociaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps-Extremadura), con sede en Mérida, que se han repartido 3 millones de euros del primer premio del sorteo extraordinario de Navidad celebrado el pasado sábado, tal y como adelantó EL PERIODICO EXTREMADURA en su edición del domingo. Ayer volvieron al trabajo (aunque alguno se fue de viaje a hacer un encargo y no regresó en toda la manaña) sin el peso de la hipoteca, destino final en la mayoría de los casos del dinero ganado.

El Gordo les llegó de Alicante, y la mayoría compartió un décimo del 06381 con algún familiar o compañero, pero hubo una empleada que se quedó con tres, por lo que ha sido agraciada con 900.000 euros (ayer se fue de viaje a Badajoz por cuestiones de trabajo), y otro se quedó con dos décimos y uno se lo regaló a su madre.

La alegría era patente ayer en la sede de Feaps, donde nunca antes un regreso al trabajo había resultado tan ameno. Estas personas ayudan a otras con dificultades y ahora reciben ese premio en forma de millones, aunque su labor no se paga con dinero. Ese número feo como lo describían ayer les has hecho ganar entre 150.000 y 300.000 euros a la mayoría, salvo a esa empleada desaparecida ayer, tras pasar por la oficina, aclaran.

"Yo no estaba viendo el sorteo y un compañero me llamó para decirme que nos había tocado el Gordo, me puse muy nervioso y no me lo acababa de creer porque no tenía el décimo delante", comenta Sebastián, uno de los afortunados y que compartía décimo. Una vez que se cercioró, "me llevé una alegría grandísima. Yo pensé que no me iba a tocar nunca". En cualquier caso, matiza, el dinero ya tiene destino: "Es para pagar la hipoteca de la casa, porque aquí somos todos pobres miserables", asegura mientras sonríe.

Ahora sí

Situaciones así cambian cualquier previsión. Uno de los afortunados se interesó hace escasas fechas por un piso que finalmente rechazó por no poder hacer frente a esa hipoteca; y ahora se lo podrá comprar.

Luis Miguel es otro agraciado. Compartió el décimo con su novia y le servirá, como no, para pagar la hipoteca de un piso que adquirió hace unos meses "y que siempre lo veía feo, sin nada; ahora me parece más bonito". Lo suyo fue impactante porque "vi el sorteo en directo por televisión y cuando me di cuenta de que había ganado, el billete me brillaba más que nunca en las manos".

Por el momento, ese dinero no les es suficiente, al menos a la mayoría, para dejar de trabajar (como el domingo se temía entre bromas el presidente de Feaps), aunque sí para no comer conejo en estas fechas, y ser propietarios de su vivienda, todo un lujo hoy en día.