Los chistes de Jesús Núñez, cura de la parroquia de San Roque en Almendralejo son bien celebrados. Le conocí comenzando los años cincuenta. Toda una vida. Jesús estaba de inspector en el Seminario Menor de San Atón en Badajoz, yo era seminarista, de los pequeños, pero lo recuerdo de forma entrañable y sigo su sacerdocio.

La publicación de su libro es todo un acontecimiento, pero la gracia está en él, en como los cuenta, y su divulgación puede ser histórica al salir en primera página en periódicos de tirada nacional, en programas radiofónicos como en El Larguero , de la cadena Ser, y le vi en el programa de La noche con Fuentes y Cía en Tele 5. No se le sacó el jugo que lleva dentro. Hablar con el Padre Jesús es un acontecimiento si se le sabe escudriñar dentro.

Le he oído contar cientos de chistes, esa genialidad sólo la tienen los de Almendralejo. Y le debe tocar a todos porque, si Juan Espino Navia, médico, abogado, presidente de la Federación Territorial de Fútbol se puede tirar horas contando chistes, es sin duda algo de ahí. Y Espino cuenta los chistes como nadie. A pesar de que el doctor Manuel Nevado le parezca mentira miraba a su amigo Juan Martínez con incredulidad. Si, doctor, Juan Espino tiene gracia hasta en la suela de los zapatos, aunque parezca mentira. Los chistes de Perico Repulgo sale continuamente y algún almendralejense tiene que recopilarlos, no los que se le atribuyen sino anécdotas. También Almendralejo es la capital de la gracia.