La gripe no respeta a nadie. Se suele decir que al catarro con el jarro, pero la gripe el jarro se lo pasa por donde le viene en ganas.

El jefe de Medicina Preventiva del hospital de Mérida, Antonio Cerrillo, comenta que la gripe es una de las enfermedades que más bajas laborales produce. Las investigaciones para erradicarla han sido siempre un fracaso. Sólo la cama, alguna pastilla para sudar y quitar las molestias y una semanita aguantando, que es lo que suele durar la enfermedad.

No hay forma de vencerla. Quien lo haga recibirá el Premio Nobel de Medicina con toda seguridad. Los virus cambian de un año a otro, como jugando al escondite con los investigadores, que por mucho empeño en descubrir un medicamento para atacarlos, lo más que han podido hacer es una vacuna que en muchos casos no vale para nada. La gripe es de esas enfermedades que te da el palizón y te queda hecho un desastre. Las personas de alto riesgo tienen que tomar toda clase de precauciones.

Pocas familias emeritenses se libran de tener en casa un enfermo de gripe. Todos esperan las ansiadas lluvias, ya que la pertinaz sequía está acabando con la paciencia de agricultores y ganaderos. Y encima el frío polar que nos está poniendo a caldo hace bastante tiempo. En Mérida vemos como otras regiones no se pueden ni mover por la nieve. Aquí, lo de nevar, se queda para momentos extraordinarios. La última nevada fue en 1988 y los emeritenses salieron con sus cámaras a la calle para no perderse semejante fenómeno atmosférico. A esperar que llueva y mejore este jodido tiempo.