"Los víveres escasean pero la moral de la tropa es alta". Este conocido dicho en medio de cualquier batalla resume el sentir de más de medio centenar de policías locales que llevan día y noche acampados delante de la puerta del ayuntamiento desde el martes por su "dignidad y profesionalidad", según reza la pancarta exhibida en esta guerra en la que la otra parte, el equipo e gobierno, también sigue fuerte en su trinchera y no accede a negociar hasta que no finalicen las "presiones y coacciones" de los agentes.

Esta guardia pretoriana custodió la noche del jueves a Melchor, Gaspar y Baltasar, que saludaron desde el balcón del ayuntamiento, y ayer reservó un instante de vigilia para dar a sus hijos y demás familiares los regalos que los Reyes les habían dejado a su paso.

El café caliente, alimentos y el roscón de Reyes, cedidos por algunos vecinos que se acercan cada día al lugar hacen más ameno el día y la noche a los policías, comentan. Las bajas temperaturas no les hacen desistir y ayer volvieron a reiterar que no se marcharán de allí hasta alcanzar un acuerdo, pero saben que la mesa de negociación prevista para el día 11 no se celebrará si continúan acampados, como recordó ayer el consistorio.