Abdona Caballero lleva más de 20 años vendiendo fruta en su puesto del Mercado de Calatrava. Se siente decepcionada porque no se hayan tomado ya medidas para reformar el mercado, un edificio emblemático de la ciudad que desde hace años se ha ido deteriorando y requiere una mejora. A pesar de ello, la vendedora sigue despachando con un trato amable a su clientela, de la que se siente muy orgullosa por la fidelidad después de tantos años.

<b>-¿Cuándo llegó al mercado?</b>

-Hace unos 24 años. Al principio empecé en unos puestos que estaban en la parte de abajo hasta que en una subasta conseguí el puesto actual en el que llevo desde hace unos 18 años. En todo este tiempo he visto día a di el cambio que ha tenido el mercado. El problema es que cada vez hay más centros comerciales y grandes superficies. Antes todo el mundo venía a la plaza, pero ahora viene mucha menos gente al mercado y se debe sobre todo a que no está nada acondicionado. A la gente en realidad le gusta venir a comprar al mercado, pero cada vez se molestan menos en venir y por eso muchas veces les acabo llevando los pedidos.

<b>-¿Qué carencias tiene?

</b>-El mercado no tiene buenos horarios para que la gente pueda venir a cualquier hora, por eso despacho también por pedidos aunque nos suponga el doble de trabajo y la mitad de ganancias. Lo hacemos porque nos lo pide el cliente. El mercado tiene deficiencias en todo, como la calefacción y el saneamiento. Ya no sé ni qué me gustaría que se mejorara porque desde hace 16 años nos están diciendo que nos lo van a mejorar. Al principio estaba ilusionada porque se vendía mucho, pero ahora ya no sé ni qué pedir, si que me quede como estaba o que lo cambien todo.

<b>-¿Cómo es el trato con el actual equipo de gobierno?</b>

-El alcalde todavía no nos ha recibido ni nos ha dado audiencia. La única información que me llega sobre la reforma que quieren hacer en el mercado es a través de los medios de comunicación. No hemos tratado directamente con el alcalde ni sabemos lo que quiere plantear. Ya no nos creemos nada porque han pasado muchos años y legislaturas prometiéndonos cosas y al final el mercado sigue igual. Hemos tenido la prueba con los quioscos de la plaza de España porque el ayuntamiento al final ha hecho lo que ha querido, así que a ver qué vamos a hacer nosotros. Hay muchas familias que comen gracias al mercado, y no solo los vendedores, sino también los proveedores. Estamos muy mal, pero en el mercado hay gente que todavía está comiendo de esto. Estamos pagando todos los impuestos que nos piden y no entiendo cómo pueden decir que en el mercado no pintamos nada. Al final van a empezar las obras y no nos lo vamos a creer porque ya estamos muy decepcionados.

<b>-¿Cómo les ha afectado la crisis?

</b>-La crisis nos ha afectado muchísimo, pero sobre todo hay crisis porque no hay trabajo para la juventud. Es mentira lo que dicen de que estamos saliendo de la crisis y que la cosa está mejorando porque estoy ante un público vendiendo comida y escuchando a los proveedores, así que no digan los políticos que va bien la cosa porque está claro no va bien. Después de estar toda la vida trabajando es desesperante llegar a la vejez y ver que no tienes ni jubilación ni vas a tener nada.

<b>-¿Qué importancia tienen los clientes para el mercado?

</b>-Los clientes son ya como de mi familia y afortunadamente todo el mundo me conoce. A mis clientas tengo que ponerlas en un altar por venir al mercado a pasar calores en verano y frío en invierno. Los clientes son muy fieles y es de lo que más contentos estamos todos los compañeros.