Andando, en coche o en moto. Llama la atención ver cuánta de la gente que transita por la avenida de Extremadura, a la altura de la basílica de Santa Eulalia, se santiguan al pasar frente al Hornito. "Eso significa mucho. Es un detalle de religiosidad en gente que no viene tradicionalmente a misa, pero que sienten gran devoción por la mártir", señala su párroco, Antonio Bellido.

La capilla, que acoge una imagen de la santa, fue erigida inicialmente a finales del siglo XV, según la tradición en los restos de un antiguo horno de planta redondo como aquel en que fue martirizada en Emerita Augusta Eulalia en el año 304. Después, fue restaurada en 1612, añadiéndole el atrio frente a la portada para cuya construcción se utilizaron elementos descubiertos en aquella época, que se atribuyen al pórtico de un antiguo templo de Marte. En el primer semestre de este año se han desarrollado trabajos de limpieza e investigación en el mismo. Estos días adquiere aun mayor importancia, coincidiendo con la celebración del Día de la patrona el martes.

"Cuando paso por aquí, me suelo parar a ver a santa Eulalia, y darle las gracias", explica María Contador, una joven estudiante de secretariado. Aunque es devota de la mártir desde niña, su fe se ha fortalecido a raíz de los problemas de salud que tuvo el año pasado, explica. Por eso, insiste mucho en el agradecimiento a la santa por haberse recuperado. También María José Sanguino, que trabaja como limpiadora, asegura que pasa todos los días frente a la capilla y siempre se santigua. "Es que soy emeritense", responde cuando se le pregunta por su veneración por la santa, que también es patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad.

"Los tiempos van cambiando, pero la fe en santa Eulalia va a estar siempre", plantea Rafael Luque, arquitecto jubilado que forma parte de la Asociación de la Mártir y ha formado parte de la junta directiva hasta este año. Luque recuerda cómo hace muchos años, cuando iba a estudiar a Sevilla y la estación de autobuses estaba en la calle Marquesa de Pinares, "a las seis de la mañana, pasaba por aquí y ya veía gente rezando". Para él, es fundamental la cercanía que proporciona el pequeño templo que acoge una imagen de santa Eulalia: "Acentúa la sensación de que siempre está disponible".

El Hornito está situado cerca de la cripta en la que inicialmente fue enterrada santa Eulalia, cuyos restos salieron de la ciudad en la época de dominio árabe, cuando la basílica que se había construido en la zona quedó abandonada. De nuevo bajo el control cristiano, se reconstruyó el templo, en el que posteriormente se levantaría esta capilla, pura devoción emeritense.