Cada uno cuenta la feria como le va. Por desgracia he tenido que ser atendido en muchas ocasiones. La única queja que he hecho es si el pijama me estaba grande, roto o faltaba una sábana. El hospital de Mérida puede presumir de tener un equipo de médicos, enfermeras, auxiliares y administrativos que es un lujo.

Dos compañeros periodistas ha sido operados de una enfermedad muy grave y están haciendo vida normal, hasta en la Clínicas Universitaria de Pamplona le aconsejaron que el equipo de Urología que dirige José Luis Parra es de los mejores de este país.

Todos mis nietos han nacido en el Hospital atendidos por Francisco Blanco, otro lujo, y hemos pasado por abortos, cesáreas, incubadora...sin una queja.

He ingresado en varias ocasiones, la última con un infarto y me encontré con un equipo de profesionales a los que admiro y me siento orgulloso de ellos. Se han equivocado también, pero han sabido reconocerlo y subsanarlo. He pasado desde la primera planta a la cuarta, sólo he encontrado magníficos profesionales. Cuesta esperar horas para una visita en medicina externa, esperar horas a que se hagan una radiografía y una lista de espera desesperante, pero, de eso no tienen la culpa los profesionales de la medicina. La Consejería de Sanidad, con sus defectos y virtudes, está volcándose con la sanidad extremeña. Los enfermos queremos tener al médico en la cabecera de la cama. Hay cosas que reformar y es bueno espolear para que se consigan los objetivos, pero hay críticas que repercuten en el buen funcionamiento y lo peor que nos puede pasar es que se haga una medicina defensiva.