Mérida ha duplicado el número de empresas y de trabajadores dedicados al sector industrial en los últimos diez años y reconoce que tiene poco suelo industrial y más caro que en otras localidades extremeñas. Este es el resumen que hizo ayer el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, sobre la situación industrial de la ciudad.

Este dato lo aportó durante la inauguración oficial de la nueva planta de Kraft Foods, antigua Carcesa, donde explicó que la capital ha pasado de tener 229 empresas en 1996, con 1.978 trabajadores, a 470 y 3.792 empleados en el 2006, y su índice industrial ha credido doce puntos.

Según él, la apertura de la fábrica --perteneciente a la segunda multinacional del mundo en el ámbito de la alimentación y bebidas-- evidencia que Mérida "no ha perdido carácter industrial, sino que lo ha reconvertido". Además, aseguró que se han recuperado sectores como el turístico y que la ciudad empieza a tener "una fisionomía marcada" en materia urbanístico.

Una industria punteraPor otro lado, destacó la capacidad y el empuje económico que la nueva fábrica dará a Mérida, ya que es puntura en el mercado mundial. "Le hará ser más competitiva con productos de calidad, y se consolidará en Mérida durante muchísimos años", dijo.

En este sentido, el director general de Kraft Foods España, Manuel Alcolea, resaltó la modernización de la planta y el equipo humano que componen el centenar de trabajadores. Con 40.000 metros cuadrados, ha costado más de 16 millones, y producirá patés, magro de cerdo y callos de la tradicional marca Apis.

El alcalde Pedro Acedo, por su parte, agradeció a la empresa que apueste por Mérida, a la que señaló como "centro neurálgico y nudo de comunicaciones".