Algunos quieren ahora partir de cero y olvidar siglos de cultura cristiana". "Nos asustamos por los combates contra la fe cristiana, pero persecuciones las ha habido siempre". "Que santa Eulalia nos ayude a seguir unidos en una sociedad hermana, fraterna y, si puede ser, siempre cristiana". Son palabras del párroco de Santa Eulalia, Antonio Bellido, pronunciadas ayer durante la homilía en honor a la patrona de Mérida celebrada tras la procesión de la mártir, a la que el sacerdote puso como ejemplo del "camino para llegar hasta Dios", ante situaciones actuales como la propuesta de algunos partidos políticos para retirar los crucifijos en los centros escolares de España.

Bellido lo hizo ante cientos de personas que llenaban la basílica de Santa Eulalia en una homilía que finalmente no pudo presidir el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, ausente por problemas de salud. "Si nos quedamos en rezos y cantos, nos quedamos con muy poco", dijo, por lo que insistió en "imitar" a la patrona emeritense, "sus valores, sus virtudes, sus testimonios" para mantener la fe cristiana en estos tiempos de críticas.

Lo cierto es que miles de fieles volvieron a demostrar ayer su devoción por la mártir, acompañando a la patrona por todo su recorrido procesional que la llevó desde la concatedral hasta su basílica, con centenares de ramos de flores adornando el hornito, 850 de ellos repartidos por la Asociación de Nuestra Señora de la Antigua.

La santa estuvo secundada por militares de la base General Menacho y por varias agrupaciones musicales, entre ellas la de Las Sagradas Vestiduras; y la de La Pasión, de Sevilla. Además, la patrona fue aclamada con gritos de "¡Viva Santa Eulalia!" y "¡Guapa, guapa, guapa!".