Los dueños de los chiringuitos se muestran indignados con la atención prestada al embalse de Proserpina por parte del ayuntamiento.

"Este sitio está muy dejado", lamenta Ascensión, propietaria de uno de los establecimiento. Con ella coinciden los demás. Se quejan de que no hay seguridad en caso de que exista algún accidente, ni servicios, que ellos tampoco pueden poner ya que no disponen de agua corriente. "No es agradable decirle a una mujer mayor que tiene que ir a hacer sus necesidades al campo", explica otro propietario. También destacan la gran cantidad de perros abandonados cerca del embalse, que molestan tanto de día como de noche.

En noviembre del 2003, el ayuntamiento anunció un proyecto financiado por Interreg en un 74% que contempla construir un área de de servicios con un centro de interpretación sobre el agua en época romana, zonas verdes y aparcamientos, pero no otras reformas como la renovación de los chiringuitos, por lo que fue muy criticado. Sin embargo, la concejala Gloria Constantino manifestó que sólo había salido a concurso una parte, por lo que podría haber nuevas reformas.