Un industrial luso proyecta abrir una fábrica de corcho

El proyecto de Martens, que contempla una inversión de ocho millones de euros y la recolocación de 60 trabajadores de la antigua factoría, cuenta con el apoyo de la Junta de Extremadura, que podría participar en la financiación a través de la Sociedad de Fomento Industrial (Sofiex), aportando el 45% del capital.

OFERTA

Los trabajadores conocen la oferta y "la ven con muy buenos ojos", según ha declarado el representante del sindicato CCOO en este sector, Mateo Guerra, quien indicó que el proyecto se podría concretar en los primeros meses del 2004.

Guerra indicó que este proyecto es fruto de las negociaciones llevadas a cabo por la Consejería de Economía y Sofiex cuando estalló, a principios de año, la crisis de la empresa Arcobel y Aseicork. En Aseicork fueron despedidos 50 trabajadores en mayo y en Arcobel 87 de manera escalonada, y sólo quedan en plantilla 35 que saldrán en diciembre.

En un principio se barajaron dos proyectos, uno de la misma empresa, que fue desechado porque Sofiex no podía entrar, y otro nuevo, con otro empresario y en otra ubicación, con el que ya se podía contar con la financiación regional.

La nueva fábrica se dedicará a la industria taponera, aunque no se descarta que haga trabajos relacionados con la decoración. Su ubicación no está aún decidida, aunque será Mérida, ya que la Junta de Extremadura considera que esta ciudad debe ser la referente del corcho, al estar instalada en ella el Instituto para la Promoción del Corcho.

Tampoco se quieren aprovechar los terrenos de Arcobel para evitar la especulación.

En cuanto al empresario Enrique Martens es uno de los principales productores mundiales de tapón de corcho y tiene varias fábricas en el país vecino, "uno de los mejores candidatos posibles", manifestó Guerra.

Respecto a los trabajadores del centro especial de empleo Aseicork, se irán recolocando en las empresas del Grupo ONCE.